Los míticos Lacasitos, sus hermanos los Conguitos, los deliciosos Huesitos o el origen del chocolate en Europa, todo esto surgió en la misma comunidad española: Aragón.
Y es que la herencia chocolatera en la comunidad aragonesa se ha transmitido a través de los siglos. Fue en el año 1534 cuando el chocolate llegó a España. En esa fecha, un monje de la orden del Císter, Fray Jerónimo Aguilar, que había acompañado a Hernán Cortés en su expedición a Méjico, decidió mandar al abad del Monasterio de Piedra (ubicado en la localidad zaragozana de Nuévalos), fray Antonio de Alvarado, una carta con una receta y con una remesa de granos de cacao. De esta manera, los monjes del monasterio fueron los primeros en cocinar chocolate líquido con una fórmula en la que al cacao, para endulzarlo, se le añadía, por primera vez en la historia, azúcar, canela y vainilla.
Así, arranca la larga tradición chocolatera de Aragón que dura hasta nuestros días. Algunos de los productos aragoneses más emblemáticos son las míticas barras de chocolate Huesitos, procedentes de la antigua fábrica Hueso, ubicada en la localidad zaragozana de Ateca, o los célebres chocolates Lacasa, empresa familiar que nació en 1852 en Jaca, de donde son los Lacasitos o los archiconocidos Conguitos.
Además de tener numerosas referencias industriales en el sector, el chocolate artesano en Aragón también sigue siendo un gran referente y se pueden encontrar multitud de obradores y confiterías a lo largo de las tres provincias, algunas de ellas datan de mediados del siglo XIX.
Además, Aragón cuenta con uno de los mejores maestros chocolateros de España, Raúl Bernal. El joven pastelero oscense, que obtuvo este reconocimiento en 2011, ha cosechado importantes galardones a lo largo de su carrera.
Podríamos estar horas y horas hablando de la larga tradición chocolatera que tiene Aragón, pero, para ello, os emplazamos a visitar el museo del chocolate que alberga el Monasterio de Piedra y que es el origen de todo el arte chocolatero de la comunidad. También podéis hacer el famoso Chocotour de Zaragoza, un recorrido por las principales pastelerías y confiterías de la ciudad, que ofrecen originales y variados productos elaborados con chocolate, y que comienza en la Lonja de Mercaderes, inaugurada siete años después de que se tomase el primer chocolate líquido en el Monasterio de Piedra.
Toda esta tradición chocolatera ha hecho que los aragoneses tengan su propio término para definirse como amantes del dulce: lamineros.
El chocolate es un producto noble. Un alimento energético que nos hace la vida más fácil y más feliz. Nos endulza los malos momentos y nos potencia los buenos. El arte de elaborar chocolate no tiene dobleces, es puro por dentro y por fuera, al igual que los aragoneses. Porque en Aragón «Lo que ves, ES».